Inácio da Silva, “Lula”, terminó su presidencia del Brasil enfermo de cáncer, mientras su país gozaba de una salud económica y política desconocida en décadas anteriores.

Ahora, Lula ha vencido a esa terrible enfermedad. Recuperada su salud, se dispone a volver a la arena política con la experiencia ganada y su trabajo en favor de su pueblo, destacado por expertos y la prensa internacionales.

Uno de sus logros más reconocidos es la importante reducción del número de pobres y, en consecuencia, la aparición de una robusta clase media.

El visitante que vuelve después de varios años a ciudades brasileñas, se sorprende del reemplazo de las villas miseria por urbanizaciones modernas.

Además, su presidencia colocó a Brasil en el privilegiado grupo de países emergentes, junto a China e India, los que más temprano que tarde tendrán en sus manos decisiones de ámbito mundial.

Un luchador de toda la vida, Lula insistió en llegar a la presidencia de Brasil, a pesar de haber sido derrotado en varias postulaciones. Cuando por fin se le impuso la banda presidencial, estableció un modelo económico social con la vista puesta en la gran masa de pobres de este enorme país. Sus medidas de lucha contra la pobreza tuvieron sus frutos al bajar en un porcentaje muy significativo ese índice. Una de sus decisiones que se destaca en esta misión fue la de repartir la riqueza con bonos en efectivo para diversos grupos sociales.

El obrero metalúrgico sindicalista se reveló como un estadista respetado en todo el mundo. No ha especificado si su retorno político tendrá un ámbito nacional, pero sí es seguro que puede optar por dirigir con solvencia organismos internacionales.

Amigo de Bolivia, especialmente del presidente Evo Morales, en su gestión apoyó decididamente a Bolivia, país que visitó con frecuencia.

A pesar de que el cáncer es una enfermedad del que nadie que lo ha padecido puede estar completamente seguro de haber superado, la noticia de su remisión en Lula fue una noticia celebrada en su país y en los que lo conocen. Habría sido muy penoso que este hombre bueno y mejor estadista hubiera sucumbido al mal.

La recuperación de su salud es el símil de su Brasil enfermo al que alivió.