Imitando a Chávez, el Ejecutivo quiere eliminar la autarquía del Banco Central de Bolivia (BC), con el argumento de que es un "resabio neoliberal". La conocida usurpación de funciones, típica del Ejecutivo, hace a la pretensión antidemocrática, perjudicial y peligrosa. El BC subordinado se convertirá en un simple apéndice del Gobierno que asumirá íntegramente las funciones de regulación y ejecución de las políticas económicas, es decir, juez y parte, tomando para sí la dirección monetaria, cambiaria y crediticia, constituyéndose como autoridad económica absoluta dentro del Estado, ya que maneja también la política fiscal. Las consecuencias prácticas serán perjudiciales: el Gobierno manejará a su antojo, y de acuerdo a sus intereses, la circulación del dinero. La tendencia será sacrificar la política monetaria en función de la política fiscal. Al BC, se le impedirá cumplir con un objetivo fundamental de la política económica: prohibir o limitar el crédito al Gobierno, a sus instituciones y a particulares. El Gobierno quiere un BC supeditado porque tendrá en sus manos un gran instrumento de popularidad cual es la emisión de moneda, a lo cual recurrirá para recuperar opinión pública favorable con miras a los próximos comicios. Asimismo, la Asamblea subordinada al Ejecutivo, tendrá la posibilidad abierta para ordenar al BC la otorgación de líneas de créditos, como ya lo ha hecho, porque como es lógico, se convierte en la forma más fácil y económica de obtener dinero. Se debe considerar que el otorgamiento de créditos del BC se hace con cargo a la emisión de dinero y, por tanto, atenta contra cualquier objetivo de estabilidad y desnaturaliza su función. Por otra parte, el BC ya no tendrá el manejo propio de su patrimonio, las utilidades originadas en la operación del BC será perjudicada por el Gobierno. Asimismo, se impide controlar el gasto excesivo y el endeudamiento del Gobierno en caso de déficit fiscal.

El hecho de que se propugne la autonomía no quiere decir que éste debe desligarse del engranaje estatal y que en sus actuaciones sea irresponsable todopoderoso y sin control. Está demostrado que cuanta más independencia operativa tenga el BC menor la inflación y mayor el crecimiento. El país, con historias hiperinflacionarias, debe evitar esta insensatez y por la importancia que tiene la independencia del Banco Central, este postulado debe constitucionalizarse, para que sea difícil la modificación arbitraria y coyuntural del sistema, el objetivo no es solo adquirir un grado más alto de legitimidad democrática, sino también mejorar la efectividad de las políticas económicas del Estado.