Cuando conversaba con un artista musical que recientemente se trasladó a la ciudad de La Paz, le interrogué acerca de los motivos que le llevaron a tomar esta decisión. El señalado artista contestó entre otras razones: “Acá, los medios de comunicación están en competencia, cuando te presentas en un canal de televisión y éste declara la exclusividad de tu participación, no debes presentarte en otros; ésta es la inconveniencia de la exclusividad”.

La exclusividad demanda una cualidad de la presencia o participación exclusiva de un determinado sujeto u objeto en un solo espacio o empresa. En el ámbito empresarial, las franquicias o patentes establecen condiciones de exclusividad para la producción o comercialización de determinados bienes o servicios, lo cuál genera una ventaja competitiva de una empresa sobre su competencia. Esto es parte del marketing corporativo.

En el caso de los canales de televisión, la exclusividad en la participación de un artista o en la difusión de la información, suscita elevados márgenes de interés en la teleaudiencia, lo cuál genera evidentemente una ventaja respecto a su competencia; sin embargo, a diferencia de otros rubros, en las operaciones de un medio de comunicación informativo está involucrado el derecho a la información.

Desde el punto de vista empresarial, si bien la exclusividad genera una ventaja competitiva, desde el derecho a la información de la ciudadanía, esta exclusividad restringe el acceso a la información. El medio de comunicación que reserva para sí, la difusión de una noticia o las respuestas de una entrevista realizada a un personaje público, excluyendo a los demás medios, atenta al derecho a la información de quienes no tienen acceso o no tienen preferencia por ese medio.

Bajo esta perspectiva, las estrategias de marketing de un medio informativo deben ser subordinadas a las finalidades del trabajo periodístico. La provisión de información en estaciones de radio y televisión en señal abierta es gratuita, no es un servicio comercial, producto para una transacción entre la audiencia y ejecutivos de los medios. Si se considera a la información como un bien social, la exclusividad de un medio manifiesta consecuencias atentatorias al derecho a la información de la sociedad.

Por lo que, querido lector, usted puede asumir las medidas necesarias para la defensa de tal derecho, cuando tenga cerca su control remoto o cuando esté próximo al dial en su radio receptor.