Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 16:35

LAS NORMAS DE VIALIDAD, EL RESPETO DE LA SEÑALIZACIÓN, A LOS PEATONES Y A OTROS CONDUCTORES SON CONTENIDOS ESENCIALES EN LA ENSEÑANZA DEL MANEJO DE MOTORIZADOS

Aprender a manejar vehículos cuesta de 100 a 900 bolivianos

Aprender a manejar vehículos cuesta de 100 a 900 bolivianos



Es irresponsable la enseñanza empírica de conducción de motorizados. Representa un riesgo para el aprendiz y para los demás conductores y peatones. Las personas interesadas en conducir vehículos deben acudir a una escuela de conducción.

La recomendación es compartida por el jefe de la División de Capacitación de Evaluación y Educación Vial de la Unidad Operativa de Tránsito, Yury Tapia y por el responsable de la Escuela de Conducción del Automovil Club Boliviano (ACB), Gerald Mendoza.

Desde la perspectiva de ambos no sólo se trata del de la capacidad de manejar un vehículo, sino que también deben considerarse normas de vialidad y respeto hacia el peatón y a los demás conductores.

Dependiendo de las Escuelas de conducción, la edad mínima requerida para ser aceptado como estudiante va desde los 15 años. Sin embargo, el trámite para obtener licencia de conducir se puede iniciar a partir de los 18 años, edad en la que pueden acceder a una licencia de Categoría “P”. A pesar de cursos en institutos particulares, para obtener la licencia, el único certificado válido es el de la Escuela de Conducción dependiente de Tránsito y en acuerdo con el Servicio General de Licencias de Conducir (Segelic).

Las escuelas de conducción varían en precio desde Bs 100 hasta 900, según el tiempo de duración. Por ejemplo, la Academia de Automovilismo Indianápolis ofrece un curso de dos semanas de una hora diaria de entrenamiento a un costo de Bs 750. La encargada Susy Jarandilla explica que se combina la teoría con la práctica.

El Automóvil Club ofrece un curso de un mes de duración en el que se destina la primera semana a la enseñanza teórica. Se estudia la educación vial, señalización y el Código de Tránsito. Las tres semanas posteriores, los estudiantes reciben la enseñanza práctica. Gerald Mendoza asegura que la instrucción es personalizada en vehículos con doble mando y al cabo del curso, el estudiante está en condiciones de conducir correctamente y afrontar con éxito un futuro examen para la licencia de conducir.

Además de las clases teóricas y prácticas existen recomendaciones constantes para los estudiantes que son el uso del cinturón de seguridad, conducir sobrio y respetar los límites de velocidad.

Los responsables de las escuelas de conducción coinciden en que lo más difícil es la práctica. El instructor tiene que tener paciencia y un método apropiado para cada uno de los aprendices, porque las características son diferentes.

Mendoza explica que el hecho de que los estudiantes usen un vehículo con doble comando permite al instructor hacer un trabajo de emergencia, en caso de que el estudiante no logre frenar a tiempo o cometa algún error. El instructor tiene la obligación de estar atento para superar esos “apuros” que son normales en el proceso.

La conducción defensiva le permite al estudiante ser precavido y ser responsables de su vehículo.

Escuela de Conducción

La Escuela de Seguridad y Educación Vial dependiente de la Unidad Operativa de Tránsito ofrece el único curso de capacitación para conductores acreditado para optar por una licencia de conducir ante el Servicio General de Licencias para Conducir (Segelic).

El responsable de la división, Yury Tapia, explica que el proceso educativo tiene una duración de cuatro días (de 12:30 a 13:45 o de 18:30 a 19:45).

Las inscripciones están abiertas y cuando la persona se registra le señalan la fecha del curso. La unidad cuenta con personal capacitado de la Policía y docentes civiles.

Algunas de las asignaturas son psicología del conductor, capacitación en legislación y normas de tránsito, conducción defensiva, primeros auxilios, relaciones públicas y mecánica básica.

Desde la perspectiva de Tapia, es indispensable que los conductores se sometan a un proceso de formación para tener solvencia en el manejo de vehículos.