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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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RELIGIÓN Y TRADICIÓN /// LA DEVOCIÓN POR LA VIRGEN DE URKUPIÑA NACIÓ SOBRE LA LEYENDA RELIGIOSA Y UN FENÓMENO ANDINO ANCESTRAL.

Urkupiña, una leyenda

Urkupiña, una leyenda



La historia de Urkupiña se confunde con la tradición y la leyenda.

Se dice que una niña que pastaba ovejas en el cerro de Cota vio una señora con un niño en brazos y conversó con ella.

Después de varios encuentros, la niña comentó a sus padres los encuentros con aquella mujer. Un día cualquiera volvió a presentarse y la niña le dijo que esperara para dar aviso a sus padres, quienes acompañados de sus vecinos fueron al encuentro con la extraña señora.

“Qhaqaypi kashan Orkopiña”, gritaba en quechua la pequeña. Todos vieron cómo la señora que cargaba el niño fue subiendo a la cima de la serranía de Cota y luego ascendiendo al cielo hasta desaparecer.

Los creyentes del catolisismo asociaron a la mujer con la Virgen María y la llamaron Virgen de Urkupiña.

UNA DIOSA NATIVA. Antes de la conquista española, los indígenas de Tapacarí, Ayopaya y Quillacollo adoraban una deidad o diosa aymara, que después fue sustituida por la imagen de la virgen María en su advocación de Urkupiña

La leyenda se remonta a la época incaica, relata la existencia en esas tierras (Valle Bajo), particularmente en Cotapachi, una diosa enloquecía a los dioses menores y mayores. Un dios particularmente prodigioso se enamoró de ella con pasión humana.

Se dice que el dios de nombre Cuniraya Huiracocha, se subió a un árbol convertido en pájaro y allí encontró un fruto maduro donde puso su esperma y dejó caer el fruto delante de la diosa.

A los nueve meses, la diosa dio a luz como una mujer. Crió sola a su hijo sin saber quién era el padre y cuando se enteró huyó del lugar.

Entonces, Cuniraya Huiracocha dijo que al vestirse de oro la diosa lo amaría, pero no fue así y quedó petrificada en el cerro Cota.

El dios Huiracocha ordenó a su hijo inca realizar un culto en honor a su amada, durante los días de agosto, cuando el calendario agrícola fija el tiempo para la siembra.